Es esta rabia y este miedo
Que callan más de lo que
Han podido besar,
Y pensar en su boca
En su piel pálida o,
Quizás en su mirada
Negra y penetrante,
Perdida, como la mía.
¿Cómo empieza un verso?
De aquel poeta inseguro,
De una estrofa que se escribe
En la distancia, escasa,
De sus sueños con los míos.
Es entonces haber perdido,
Haber patinado pues,
Con el sudor de mis manos
Cuando me desafían sus ojos,
Y cuando los míos la buscan
Y es ella quien me encuentra,
Y ambos frágiles hemos callado
Admitiendo un amor que pudo
Haberse sellado con un beso,
Y no dejandose vencer
Con efímeras vistas
Que acaban por caer al suelo,
A juntarse con mis miedos,
Con el primer paso,
Con los verbos tan descalzos
Con nosotros los idiotas
Que vivimos imaginando.