Y de asfalto vuelves a dejar mi piel, tan caliente como las mismas aceras que nos cruzamos cuando nos viene en gana, cuando nos entran vanas, y muchas más cosas. Por nuestro amor, y por otros sitios.
Yo que te enseñé a vivir, a respirar, a descubrirte los lunares, a experimentar, me cierras la puerta del laboratorio y estas dispuesta a incendiarte, pero no con mi fuego, no con mis dedos. No conmigo.
Probeta sin niño, emoticono sin guiño, pene sin mano, lubricante sin ano. Mi ti, sin vida.
Y empiezas una caza sin cese, sin que te cueste, sin que me acueste, y me pese, la ausencia de tu boca en mis palabras, tus polvos sin cama, los míos sin ti. Esta tortura, de tu cordura, de mi locura, jugando a masturbarse masoquista de nuestra distancia.
Y tú, disparas, y sin balas, me dañas.
Y yo, disparo, mi descaro y me descartas.
Y así os
Que esto no esta escrito en beso, porque no me los das.
Esta escrito con mis celos,
que tienen dedos,
en una vágina,
porque no tienen tu página.
Y te empiezo el bombardeo (sin iva)
¿Dónde vas a correrte? Si en tu colchón se quedan cortos mis versos, y en un folio, te queda grande el amor.
¿Dónde tendré que gozarte? Para que convencerte, sea solo cuestión de un verbo.
¿Dónde tendré que vencerte? Cuando tenerte me vienes lejos e irme tan emprosado.
¿Dónde tendré que versarte? Si en nuestra lirica ya no quedan chupetones.
¿Cuándo tendré que buscarte? Para que cuando me encuentres, nos encontronemos.
¿Cómo voy a empezarte? Yo que me como los labios para terminar sangrando.
¿Qué iba a ofrecerte? Si ya has gastado todo el sirope con ella en el desayuno.
¿Cuánto más? Necesitas que me duela si a mis costras les he puesto ya tu nombre.
¿Por qué intentarte? Si estas durmiendo y yo despierto no coincido con tus sueños.
Y entonces me pregunto por qué duermes...
No hay comentarios:
Publicar un comentario