Practicar aquello de olvidarme
de todo lo vivido y dispararte,
matando así aquel ser metido
hasta el fondo de mi sino.
Despejar toda tu imagen
de mi alma y de los márgenes
donde se explica cada verso
que sobre vos yo he escrito.
Arremeter contra la memoria
y vaciar todos sus desastres,
enviar los sueños a Sastre
para que me de consejos
que sepan como aliviarte.
Destruir algún incendio,
extinguir aquel beso
prometido en el tiempo
con la conversación ardiendo.
Investigar las causas
y corregir mis náuseas,
abandonar las palabras
y embargar la primera mirada
que desordenó mi vida.
Debo terminar la partida
y rendirme en esta absurda lucha,
debo sacar billete de sólo ida,
y esperar que en esta ducha
el jabón y el vapor me despidan,
y curen así mis heridas
y borren también mis huellas,
y marque yo en mi salida
un beso en el cristal
para dejarte a pagar
los remordimientos que
puedas tú tener después.
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